Los árboles del Presidente
Alberto Vieyra G. miércoles 16, Ene 2019De pe a pa
Alberto Vieyra G.
Hace ya más de 3 décadas que Plaza Sésamo era en la televisión mexicana uno de los programas predilectos de los niños y hasta de los grandes, en la escenografía de ese programa figuraban hombres, mujeres y animales con figuras de árboles que solamente movían exclusivamente los ojos y solían estar casi siempre detrás de los personajes protagonistas Abelardo, Lola, Elmo, Beto, Enrique, el monstruo come galletas, Big Bird y Óscar el gruñón.
¿Por qué hago historia? Mire usted, el señor presidente López Obrador instituyó desde el pasado 1 de diciembre un soliloquio que bien podríamos titular el “yo, yo”, en el que desde Palacio Nacional monopoliza la agenda política, despojando a sus opositores de los principales espacios en prensa, radio, televisión e internet.
Lo chistoso es que los personajes que le acompañan siempre cuidándole las espaldas son titulares de las secretarias de estado y funcionarios menores que parecieran figurar en la escenografía de Plaza Sésamo haciendo el papel de los árboles del presidente que solamente mueven los ojos o aplauden cuando éste les dice que hay que aplaudir.
Los personajes de esa escenografía sólo hablan por mandato presidencial y de preferencia teniendo al Jefe del Ejecutivo como testigo presencial para que no vayan a regar el tepache saliéndose del guion de las mañaneras conferencias de Palacio Nacional.
Sí, el presidente de la República no quiere que nadie le haga sombra, que nadie crezca políticamente, que todos tengan cinturita de mantequilla, como en los tiempos del viejo PRI cuando el ponzoñoso dios sexenal era el todo poderoso y ni las hojas de los arboles se movían sin su anuencia o voluntad.
¿Los funcionarios del régimen de la “Cuarta Transformación de México” le tendrán miedo al dios sexenal de Macuspana? ¿Para qué quiere el presidente a sus árboles que no nos dejan ver a los mexicanos el bosque?
Seguramente para que le digan al final de su perorata mañanera del “yo, yo” en Palacio Nacional ¡bravo señor presidente!, ¡muy bien señor presidente!, ¡excelente señor presidente!? Me preguntó:
—¿Le encantará a AMLO eso del narcisismo?
Esté martes, día de nuestra señora de luz, por aquello de que fue quincena, debieron comparecer en un auténtico día de campo ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión los titulares de Hacienda, Carlos Urzúa; de energía, Rocío Nahle y el mudo de Pemex, Octavio Romero Oropeza para explicar a los señores legisladores lo que el señor López Obrador ha explicado hasta el cansancio a los mexicanos de que está en combate con los huachicoleros y que no se preocupen “hay gasolina suficiente”, pero no en las gasolineras y que “ pronto se normalizará el desabasto”. Que el ducto que corre Tuxpan- Veracruz a la ex refinería de Azcapotzalco, ha sido pinchado por los ladrones de combustible todos los días y que pareciera “estar jugando a las vencidas” que esa infame práctica del robo de combustibles se da desde Carlos Salinas, pasando por Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y sin faltar Enrique Peña Nieto, a quienes acusa de “omisión y de hacerse de la vista gorda”.
Seguramente que López Obrador no quiso que sus arbolitos con ojos fueran a calabacearla en el Congreso de la Unión y ordeno a doña Olga Sanchez Codero, titular de gobernación que mandara un oficio disculpando a los funcionarios citados que no podrían asistir a su comparecencia “porque tenían que atender a la emergencia con el señor presidente de la y plancharon a los legisladores ¡qué pena! Para un régimen que ésta rompiendo con las elementales y sanas formas de convivencia política con el Poder Legislativo.
Y ahí estuvieron esos servidores públicos detrás del presidente atendiendo la emergencia como auténticos arboles con ojos, por ello les llaman ya, los arboles del presidente de la república.
¿Usted qué opina de los arbolitos del presidente? ¿Con eso de la “austeridad repúblicana” algún día nos servirán por lo menos como arboles de navidad?